A mover el... raton

lunes, abril 10, 2006

Amanecer otoñal. Renovacion.

Ha comenzado una etapa importante en mi familia, la que me hace verlo todo de manera mucho mas renovada y contenta: mi hijo entró al colegio (kinder). Hace un tiempo le habria dado mi pésame diciendo que comienza su etapa de deformacion educativa-civica-profesional, pero... ya estoy bajandome algo de ese pedestal de soberbia-critica que me caraterizaba a veces. Ahora yo, babosa, voy a dejarlo todos los dias. Es increible cuanto me enseña él a mi. Me enseña que estar bien en un lugar se demuestra tambien llevándose bien con los demás ¿El, de apenas 5 añitos, le enseña esto que parece de perogrullo a esta mujer de ... (calla Isabel calla...)?!! Me di cuenta que yo llego a muchas partes como torbellino queriendo cambiarlo todo, o al contrario, muy timidamente, solo observando, sin meterme con nadie, distante y causando distancia. No llego al termino medio, al equilibrio como dicen algunos o a la mediocridad temida por otros. Pero mi pequeño me enseña. Él, que el lunes llegó tímido a clases, ya al viernes de esa misma semana proponía juegos y se reia con todos.

El sábado él estaba invitado a un cumpleaños. Yo, al estar con gripe casi aviar me disculpé con la mamá del cumpleañero: mi hijo es muy chiquito como para dejarlo solo en una fiesta. Pero un par de horas después estabamos los dos tocando a la puerta del cumpleañero (como demostrando quien manda en casa). El muy "chiquito" era el mas grandote del curso y a sus compañeritos tan solo los iban a dejar y buscar, pero yo como buena mama gallina, aun agripada, me quedé con el ojo puesto en mi polluelo.

Me faltan mas brazos para abrazarlo y mas manos para acariciarlo, especialmente al dormir y ver como su respiracion se calma. Y como el me calma a mi. Algo que descubri tambien hace tan poco, cuando creia que solo las explicaciones racionales me podian calmar, solo las conversaciones y revelaciones. No, ahora no hay nada racional en ver su bello rostro dormido, sentir su piel y su respiracion, sentir como me llena de paz. A propósito, un truco para hacer dormir a un niño inquieto: apoyar su cabeza en el pecho de uno, respirar hondo y fuerte y decirle que es el sonido del mar, el niño (siempre imitador) hara lo mismo hasta que, con la respiracion, se relaje y ¡voilá! duerma.

Un contacto me cuenta por messenger las mismas dudas con que se caricaturizaría a una niña adolescente, y me doy cuenta como tantas veces que hombres y mujeres, jovenes y viejos, en algunos aspectos somos mas parecidos que lo que nos declaramos, y cuanto nos aliviariamos si nos olvidamos de todas las etiquetas que nos pone la sociedad para catalogarnos facilmente como si fueramos libros en estanterias: que los hombres bien hombres no lloran y que deben ser frios y procaces; que las mujeres debemos hacernos las princesas, rogadas ambiguas y caprichosas ¡a la miercale con todo eso!!! Por eso simpatizo con el afiche que dice "las mujeres ya no esperan a su principe azul sino que salen a buscarlo".

Tambien me doy cuenta que, aunque declaro no tener un ideal de hombre... mi hijo influye mucho en mis gustos, y si tuviera que imaginar a tal principe, lo imaginaria muy parecido a él, con su piel suave y sus mejillas coloradas. No estoy ni ahi con Brad Pito, Beckham, ni otro famosillo o metrosexual que marque tendencia. En messenger se pueden conocer interlocutores graciosos, timidos, pintamonos, serios, a diferencia de lo que puedes conocer en una primera cita cara a cara, en la que cada uno solo quiere mostrar su mejor cara. Asi como cantara Serrat en "cada loco con su tema", me permito reconocer tambien mis preferencias al tratar con alguien. Prefiero uno audaz a uno timido, uno alegre a uno depresivo, uno acogedor a uno frio, uno sencillo a uno arrogante, uno correcto a uno ordinario, uno decidido a uno ambiguo, uno proactivo a uno pasivo, uno sensible a un adoquin, etc... pero tambien es rico ver la diversidad, esa gran paleta de personalidades, caracteres y valores.

En el nuevo proyecto que estoy abordando, al igual que en tantos, me he encontrado con diversos tipos de personas. Algunos que son verdaderos guías, otros adoptan la actitud de "mas antiguos" esperando que todo el mundo se cuadre ante ellos. Está "la oficina" entera con sus Espinas, Gertrudis, Walkirias, etc... Me doy cuenta que en nuestro Chilito (recalquese el diminutivo), el "hablar en forma clara, firme y correcta" es considerado casi un pecado, y a quienes hablan "asi de extraño" la mayoria le tienen distancia, como si el hablar correcto pusiera un muro comunicacional. OK, ¿quien debe saltar el muro? ¿el firme, siendo claro y correcto, pero al mismo tiempo mas acogedor y carismatico? ¿el informal siendo menos prejuicioso?, bueno... por un objetivo comun, todo valga, total... como dijo McLuhan: el medio es el mensaje. Técnicamente me gusta este trabajo, estoy en la etapa de "luna de miel" laboral (y haciendo pilatos para que no se pase pronto). Quizas ese sea mi problema: un profe decia que nuestra "impronta profesional", la que nos "distinguia" de los tecnicos, artesanos o aficionados (opinion de él, yo no tengo nada en contra de estos), debia impedirnos "apasionarnos" por nuestro trabajo. Que él por ejemplo NUNCA se operaría con un cirujano que entrara al pabellon entusiasmado porque debia operar, extasiado ante la inminencia de sangre (me pongo en el caso de él y le encuentro toda la razón). Pero.. ¿que miercale voy a hacer? Me apasiona mi carrera, y muchas de las cosas que he hecho, aunque no todos mis trabajos, no me viene la rutina tranquila, la paz es la que quisiera encontrar en mi familia, y el trabajo debe ser su opuesto, necesito de ambas, paz y pasión.

Ya estamos en otoño. Me encantan los equinoccios y la renovacion que implican, cambian las temporadas, empiezan las clases... todo cambia.

Pregunta de hoy: ¿concuerdan con mi profe???