A mover el... raton

lunes, enero 02, 2006

La hermosa flor de una noche costera.

Me siento algo desubicada por no haber blogueado en tanto tiempo (ni siquera responder los comentarios antes de escribir este post, en eso estoy), pero estaba de vacaciones, practicamente offline, lo que valió la pena.

Estas vacaciones superaron mis espectativas. Esperaba pasarlo mas que bien con mi hijito, asi fue. Esperaba embarcarme en las eternas discusiones con mis viejos, asi fue.

Esperaba también encontarme con ese querido amigo, (ese que hace tiempo me dio un dulce respiro con un beso), asi fue. Lo que no esperaba fue la atmósfera de intimidad que nos envolvió, la que me llevó a maravillarme al ver como desnudaba su corazón (o parte de él) frente a mi, conversando como nunca antes lo hicimos, eso que hizo amanecernos sentados en un café cerca del mar. La maravilla de estar 8 horas seguidas sin quitarlo de mi vista (y no se cuanto tiempo sin quitarlo de mi pensamiento). Ni siquiera el percibir que él aún la quería a ella, su dama, me entristecía, o me hacía apreciarlo menos. No, todo era paz, profundo cariño y esperanza al darme cuenta que existen personas valiosas, de buenos sentimientos y acciones, de las que se puede aprender mucho, y tan solo hay que encontrarlas (y obviamente encontrarlas a tiempo si se las quiere de medianaranja, para que no sea como este caso). Fue una luz tan diferente a la oscuridad que sentía hace poco.

De vuelta en mi casa, divagando, puse la radio y coincidentemente la canción que tocaba en ese momento me descubrió lo que yo sentía:

QUIERO PAZ

(Letra y Música: Eduardo Gatti)

Cuanto demora el hombre en entender
cuanto demora en discernir
esperaré hasta que salga el sol
en triste y bella oscuridad
tarda la flor para abrir
tu pecho al fin, tu corazón
no sé si mucho sé o poco al fin
solo sé que te quiero a tí
Quiero paz quiero una pausa
quizás morir de amor en tu mirada
sin pasado, sin temores
y sin prejuicios que me nublen
y en este barco de soledad
navegan todos, a donde va
atardecer, silencio, respiro hondo
después de días trabajar
me vi en tus ojos sin querer,
caí profundo, amor quizás
no sé si mucho sé, o poco al fin
solo sé que te quiero a tí
Muere el tiempo, se abre el silencio,
contestame, abrázame
no sé si mucho sé, o poco al fin
solo sé que te quiero a tí

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La radio me regaló también estas perlas, palabras de San Basilio Magno

- ¿Tu que acumulas riqueza no te sientes ladrón de aquel a quien podrias haber ayudado?
- Quieres mi oro y mi hacienda, puedes llevartelos, ya que no poseo mas que mi ropa y mis libros.
- Para mi no hay destierro, pues donde está Dios, ahí está mi patria.